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sobre el día a día de nuestra Fraternidad Marianista
Encuentro de voluntarios Encarnar al Refugiado

El pasado sábado 8 de marzo tuvimos el encuentro anual de voluntarios de Encarnar al Refugiado. Fue un momento para rezar, reencontrarnos, y aprender. Comenzamos con una oración, que nos situó ante la compasión del samaritano hacia el hombre malherido en el camino, para hacer renacer en nosotros el deseo de hacernos prójimos de los que caminan a nuestro lado, de las familias a las que acompañamos. Después, repasamos la historia recorrida desde los inicios en la Asamblea del 2016 recordando a cada una de las familias a las que hemos ayudado y de las que también hemos aprendido mucho.

A continuación, Alejandro Fernández de las Peñas nos expuso una visión muy completa sobre el fenómeno migratorio y su evolución en España, pasando de representar apenas un 0,5% de la población en España en 1981 fecha del primer naufragio de una patera en España, hasta casi un 20% en el momento actual. Nos explicó que entre las regiones con más población extranjera se encuentra Baleares (21,3%), Comunidad Valenciana (19,3%), Cataluña (18,7%) y Madrid (16,7%), mientras que las autonomías con menos extranjeros son Extremadura (4,4%), Galicia (6,35%) y Asturias 6,7%. Asimismo, los principales países de origen de la población extranjera residente en España son Marruecos, seguido de Colombia, Rumanía, Venezuela y Ecuador.
A través de unos vídeos muy interesantes, Alejandro nos hizo ver que gracias a la población extranjera se sostienen muchos de los servicios que se prestan a la sociedad (sanidad, educación, cuidados, limpieza, vigilancia…) y que a pesar de que a veces estereotipamos a las personas, son mucho más los factores y aspectos que nos unen que los que nos separan de los demás.
Después de un descanso en el que pudimos intercambiar nuestras impresiones con los que habíamos acudido a la jornada, fue el tiempo de Teresa Comba, religiosa dominica responsable de Formación y Espiritualidad de Confer. A través de unos fragmentos de la película Spiderman abordamos el tema de la vulnerabilidad. Aunque casi todo en nuestra sociedad nos invita a lo contrario, a ser eficaces, fuertes, a tirar para adelante, es necesario aprender a reconocer que nos cansamos, que tenemos límites, que el otro/a nos afecta, nos preocupa y descubrir qué podemos hacer, …en definitiva, que somos vulnerables.

En el encuentro con el otro aprendo a ayudar, desde mi realidad, mi autenticidad. Esto no significa ahora que en lugar de escuchar a la persona que viene en busca de ayuda nos tenga que escuchar ella nuestros problemas. Se trata simplemente de acercarnos al otro/a con naturalidad desde el momento que nos toca vivir, dejando entrever algo de lo que nos ocurre.
Al contemplar la película de Spiderman, nos dimos cuenta de que a veces, su acción era cuestionada, se equivocaba y tenía que volver a empezar, se quedaba sin fuerzas, agotado, se desploma a los pies de las personas que acaba de salvar, se quita la careta dejando ver su rostro humano, su disfraz se hace jirones dejando entrever sus heridas y se deja sostener por los demás…
Posiblemente nuestra vivencia del compromiso tenga mucho que ver con la vida de Spiderman…Posiblemente durante mucho tiempo hemos luchado y entregado, sin reparar en el descanso, ilusionados, acompañados, animados… Pero ¿Quién no ha vivido momentos de agotamiento, de dolor, de cansancio en la lucha? Como Spiderman, sentimos dentro que algo se nos conmueve cuando vemos situaciones de sufrimiento e injusticia y como él nos lanzamos a comprometernos…pero es posible que en algún momento hayamos tocado fondo, constatando nuestra limitación, dejando al descubierto nuestro rostro concreto. Quizás sea este el momento de (sin perder la ilusión y la generosidad) aceptar y cuidar nuestra parte vulnerable, relacionarnos con el otro/a dejándonos cuidar, querer, dejando entrever nuestra fragilidad.

Necesitamos cultivar espacios de silencio, de oración, de gratuidad, de encuentro, de descanso, de amistad. Para ello, Teresa Comba nos invitaba a:
- Dejarnos cuidar por Dios: abrirle nuestro interior con todo lo que nos habita, preocupa o duele, sin miedo, con sencillez…para dejarle que lo abrace, que lo acaricie y nos abrace con ello.
- Dejarnos cuidar por los demás (familia, pareja, amigos): abrirles nuestras puertas para que nos acompañen, nos escuchen y sostengan.
- Posibilitar la comunicación y el cuidado en nuestros equipos: encontrarnos no solo para la tarea, sino para saber unos de otros, hablar, rezar…
En conclusión, es necesario cuidar a cada una de las personas desde el desarrollo de su espiritualidad, de la oración y el cultivo de los espacios relacionales, del cuidado y la ternura. Necesitamos parar y tener espacios para comunicarnos, para expresar y elaborar las vivencias experimentadas nuestro compromiso.
Y terminamos el encuentro con unas palabras de Ángel González, que aluden al milagro del encuentro:
Muerte en el olvido
Yo sé que existo
porque tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
—oscuro, torpe, malo— el que la habita…