Semanas antes de que la Iglesia celebrase el tradicional Triduo Pascual, recibí un correo electrónico informando que la fraternidad “Topatí”, de la zona de Sta. Ana (Madrid), había decidido organizar un encuentro para vivirlo juntos en Isaías XI. Apenas conocía a dos de ellos, pero en cuanto vi el correo no dudé en apuntarme.

Contábamos con la preparación de la celebración de los oficios por parte de su asesor, Antonio González Paz. Lamentablemente, por motivos de salud, no nos pudo acompañar. Lejos de ser un impedimento para vivir el Triduo juntos, dos fraternas de Topatí, Julia y Celia, se encargaron de preparar las oraciones, dinámicas y reflexiones para complementar los Santos Oficios en los que participamos en las parroquias de El Escorial y Zarzalejo.

Han sido unos días de oración intensa que ha favorecido el encuentro con Dios, el descanso, la desconexión, lo que nos ha permitido terminar el encuentro el Domingo de Resurrección con un nuevo impulso para continuar cada uno en la misión en la que sentimos que Dios nos llama.

No es lo más importante, pero no quiero dejar de destacar la excelente gestión de la logística por parte de la fraternidad Topatí. Han sido unos magníficos anfitriones dedicando tiempo y cariño a la preparación del encuentro.

Gracias a Carlos, Celia, David, Julia, Elena, José y a Merche (fraterna de Sta. María). Han demostrado una vez más la capacidad de acogida de la Familia Marianista, y lo fácil que hacen sentirte en casa y que parezca que les conoces desde hace mucho tiempo. Rezo a Dios para que Cristo resucitado siga iluminando vuestra vida.

Javier Sánchez

Fraternidad La sal